Hoy he tenido que presentar y defender el proyecto en el que estoy trabajando -la gestión de una Asesoría Jurídica con sedes en toda la región- ante el pleno de los Señores Abogados. Doce abogados encorbatados, serios, inteligentes, trabajados, astutos y con mucha mala leche y muy poco tiempo que perder. He hablado casi tres horas ante el cañón de vídeo conectado a mi programa y, por primera vez en mi vida laboral, al final he recibido una ovación de aplausos. Creo que me he puesto colorado, pues no esperaba una reacción así de gente tan estirada y menos aún ante un programa de ordenador.
Como soy un friki irredento, les he colado un chiste en el nombre del proyecto. Han tenido la delicadeza de reírse, aceptarlo y no criticarlo. Os lo muesto en la pantalla del "Acerca de" del programa.
He tachado el nombre de la empresa, aunque el logo es bien conocido en España.
¿Que por qué lo cuento? pues porque estoy un poco alucinado y porque la vanidad es lo que mueve el mundo ¿no? En especial el del software libre, donde no hay premio económico solo el "¡Eh, chicos" mirad lo que he hecho!".